El consumo de carne de cerdo en Argentina ha aumentado notablemente en las últimas décadas, pasando de 3 kg a 19 kg per cápita, impulsado por la tecnificación y la promoción de la carne fresca. Sin embargo, enfrenta desafíos por la competencia desleal de importaciones de carne de cerdo. A pesar de esto, nuevos créditos y avances tecnológicos fortalecen la industria. “Tenemos todo para crecer”, afirmó Daniel Fenoglio en una entrevista realizada en Expoagro 2025.

En diálogo con Chacra Agro Continental, Daniel Fenoglio, presidente de la Federación Porcina Argentina, analizó el presente y los retos del sector. "La situación de la producción tuvo un primer semestre del año pasado muy malo, pero luego se acomodó y hoy hay una rentabilidad aceptable con una demanda que tira bien", explicó. Uno de los principales obstáculos es la importación masiva de carne porcina, que en los últimos meses alcanzó las 60.000 toneladas. Además, el uso de ractopamina en Brasil genera una desventaja competitiva para los productores locales. "Es una competencia desleal porque ese producto baja los costos de producción entre un 5% y 10%", advirtió. También señaló que "Brasil, cuando exporta, depende del país al que exporte, lo manda con ractopamina o sin ractopamina. Cuando lo manda a Argentina, como Argentina no lo impide, nos manda con ractopamina".
Pese a estos desafíos, Fenoglio destacó el papel fundamental de los créditos otorgados al sector, que brindan mayor previsibilidad a los productores. "Siempre el crédito es necesario para cualquier producción, y en este caso, un crédito atado a kilos de carne da un poco de tranquilidad a los que podemos asumir esa deuda", expresó.
El crecimiento del consumo ha sido clave para la evolución del sector. Hace 25 años, la carne de cerdo se destinaba casi exclusivamente a la producción de embutidos, mientras que hoy es habitual encontrar cortes frescos en supermercados y carnicerías. Esto se logró gracias a campañas de promoción y una denominación de cortes similar a la de la carne vacuna. Además, estudios nutricionales han resaltado sus beneficios, como menor contenido de ácidos grasos y mejor relación sodio-potasio.
En términos sanitarios, Argentina se encuentra en una posición privilegiada, libre de enfermedades que afectan a otras regiones del mundo. Sin embargo, actualmente enfrenta un brote de la enfermedad de Aujeszky, lo que ha llevado a la Federación Porcina Argentina y a SENASA, a trabajar en conjunto para planificar su erradicación.
El sector porcino también ha avanzado significativamente en tecnología y profesionalización. “Hoy una cerda puede producir más de 4.200 kilos de carne al año, mientras que una vaca, en el mejor de los casos, produce unos 150 o 200 kilos”, dijo Fenoglio. Esta diferencia en la producción hace que la carne de cerdo sea más económica. Sin embargo, “cada vez que nos acercamos al precio de la carne vacuna, la demanda decrece, porque el argentino le gusta la carne vacuna, sin ninguna duda”, agrego.
Sin embargo, persisten barreras estructurales como el IVA diferencial, que dificultan la inversión en el sector. "Cuando vendemos la carne, lo hacemos con el 10,5%, pero cuando invertimos pagamos el 21%, generando un saldo a favor que nunca se recupera", explicó.
A pesar de estos desafíos, el potencial de crecimiento sigue intacto. "Tenemos cereales, agua, clima y gente preparada. Hay ganas de invertir", concluyó Fenoglio, apostando por la consolidación del sector porcino argentino.