El Gobierno nacional anunció este lunes que dejará en 0% las retenciones a las exportaciones de granos y subproductos hasta el 31 de octubre de 2025, o hasta que las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) alcancen los 7.000 millones de dólares, lo que ocurra primero.

La medida fue establecida mediante decreto en el Boletín Oficial, con el objetivo declarado de aumentar la oferta de dólares para enfrentar la presión cambiaria. Para acceder al beneficio, los exportadores deberán liquidar al menos el 90 % de las divisas resultantes de la operación en un plazo muy corto (tres días hábiles) tras la presentación de la DJVE.
Impacto en la producción animal
Aunque la medida apunta al sector granario-exportador, el anuncio ya está generando señales de alerta en los productores de proteína animal (avicultura, porcicultura, bovinos de feedlot, etc.), que anticipan efectos negativos en sus costos, especialmente en los alimentos balanceados.
Los granos constituyen una parte fundamental de las formulaciones de los alimentos balanceados: maíz, soja, sorgo, etc. Al eliminarse la retención, se espera que los exportadores obtengan mayor retorno, lo que podría incentivar mayores ventas al exterior, ligando los precios locales de los granos con los internacionales. Este fenómeno ejercerá presión al alza sobre los precios de los granos y subproductos usados como ingredientes en la alimentación animal.
El analista Juan Luis Uccelli, por ejemplo, estima que, con los actuales valores de mercado de los granos, los costos de alimentación porcina podrían subir alrededor de un 10 % como consecuencia de esta medida, considerando traslado de precios internacionales, costos logísticos, volatilidad cambiaria y márgenes de comercialización.
Los efectos de la medida estarán diferenciados según escala y productividad: Productores con altos niveles de productividad podrían quedar al borde del punto de equilibrio: los costos totales (insumos + alimentación + otros costos operativos) podrían quedar “a nivel del precio de venta”.
Para los productores con menor escala o productividad, se anticipa que la rentabilidad será negativa, es decir que los costos superarán los ingresos esperados con los precios vigentes. En esos casos, será difícil absorber los aumentos de los costos de alimentación sin posibilidad de trasladarlos al precio final, lo que presionará aún más los márgenes.
Agricultores exportadores valoran la medida como una oportunidad para mejorar flujos de caja inmediatos, para elevar ventas al exterior y para que los granos locales compitan mejor en precio internacional. Sin embargo, sectores de la producción animal advierten que la medida, si bien puede aliviar el costo del grano para algunos productores, no es suficiente para compensar las subas de otros costos estructurales que ya vienen deteriorando los márgenes de rentabilidad.
La eliminación de retenciones para granos hasta fin de octubre constituye un alivio en el corto plazo para el sector exportador de granos, pero para los productores de proteína animal representa un riesgo creciente de aumento de costos de alimentación y de reducción de márgenes, especialmente para aquellos con menor escala o productividad. La rentabilidad neta de estos productores dependerá de su capacidad para negociar costos, su eficiencia productiva, y cómo evolucionen los precios locales frente al internacional.
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