La Federación Porcina Argentina presentó el Plan Nacional de Control y Erradicación de la Enfermedad de Aujeszky, que inicia en 2025. Los productores tienen tiempo hasta el 8 de agosto para adherir mediante una nota de intención.

La Federación Porcina Argentina se reunió con diferentes cámaras de productores para presentar los lineamientos de esta iniciativa, que contribuirá a mejorar significativamente la competitividad del sector.
La Federación Porcina Argentina (FPA) presentó a representantes de cámaras provinciales y entidades productivas los principales lineamientos del Plan de Control y Erradicación de la Enfermedad de Aujeszky, una estrategia sanitaria de alcance nacional que comenzará en 2025 y se extenderá hasta 2029. Los productores interesados tienen plazo hasta el 8 de agosto para adherir mediante la firma de la nota de intención correspondiente.
Desde hace varios meses, la FPA viene trabajando de manera sostenida junto al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en la adecuación de la normativa vigente para dar inicio al plan. Esta articulación público-privada también involucra a los entes sanitarios locales, que actuarán como brazo operativo en las distintas regiones del país. La Federación, en tanto, será la encargada de financiar las acciones previstas a través de un esquema de aportes voluntarios por parte de los productores adheridos.
El equipo técnico a cargo del plan está integrado por los médicos veterinarios Ramón Sanguinetti, Laura Alarcón, Ana Nicola, Facundo Evangelista y Carla Scarpato.
Un plan con tres etapas
El plan contempla tres etapas principales. La primera consiste en el diagnóstico y clasificación de predios, con el objetivo de determinar el estatus sanitario de cada establecimiento: libre, infectado o en saneamiento. Esta etapa incluirá tanto a granjas con más de 100 cerdas como a predios menores, que serán clasificados bajo vigilancia sanitaria. Para las granjas grandes, los muestreos serán cuatrimestrales; en los establecimientos menores a 100 cerdas con movimientos comerciales registrados entre 2023 y 2025, se realizarán cada seis meses.
La segunda etapa, de regionalización, se organizará según la densidad de establecimientos y la prevalencia de positivos en cada área. Finalmente, la tercera fase comprenderá acciones de erradicación y vigilancia epidemiológica, que incluirán muestreos en campo y durante la faena en frigoríficos.
El plan establece diferentes mecanismos de saneamiento. En predios pequeños, si se detecta infección, los productores podrán optar entre el despoblamiento -con los costos operativos cubiertos por el fondo común- o la vacunación controlada, en cuyo caso los costos de aplicación serán afrontados por el propio establecimiento. En todos los casos, la trazabilidad, los registros sanitarios y la ejecución de las tareas estarán a cargo de veterinarios acreditados, con respaldo del SENASA y los entes locales.
Impacto económico
Uno de los elementos destacados durante la presentación fue el impacto económico de la enfermedad en comparación con los aportes requeridos para la ejecución del plan. Según un análisis técnico, un criadero de 1000 cerdas adherido al plan, en un escenario de 75% de participación, debería aportar unos 6500 dólares durante la primera etapa. Si ese mismo criadero optara por realizar vacunación sin haber adherido al plan, los costos estimados ascienden a 28.000 dólares. En cambio, si el virus ingresara en el predio y provocará pérdidas productivas, el perjuicio económico podría alcanzar los 240.000 dólares, sin contar el lucro cesante.
Para llevar adelante las acciones previstas, se conformará un fondo inicial de 350 millones de pesos que permitirá financiar los primeros cuatro meses de trabajo. Cada productor aportará en proporción a los capones enviados a faena, según los datos oficiales provistos por SENASA. A partir del segundo mes de ejecución, se revisarán los gastos y se repondrá la caja cada dos meses bajo el mismo mecanismo.
La FPA destacó que el fondo será auditado por un estudio contable independiente, que estará a cargo de la facturación, las cobranzas y la publicación periódica de indicadores de gestión. Este componente de transparencia es clave para garantizar el compromiso asumido por los productores y velar por el uso eficiente de los recursos.
Hasta cuándo hay tiempo de adherir
El proceso de adhesión comienza mediante la firma de una nota de intención, que debe enviarse antes del 8 de agosto por correo electrónico a la Federación. Luego, una vez iniciado el Plan, el productor deberá ingresar al sistema SIGSA para autorizar a la FPA a acceder a los datos de faena registrados, lo que permitirá calcular el aporte correspondiente.
Desde la entidad remarcaron la importancia de continuar ampliando la adhesión de los productores ya que cuanto mayor sea el nivel de participación, menor será el esfuerzo económico individual y mayor la efectividad del plan.
“El Plan de Control y Erradicación de la Enfermedad de Aujeszky es una herramienta estratégica que nos permitirá mejorar el rendimiento productivo, reducir los costos sanitarios y, en consecuencia, aumentar la rentabilidad del negocio porcino. Su éxito depende del compromiso de todo el sector”, señaló Agustin Seijas, director ejecutivo de FPA.
La carta de adhesión para los productores se puede descargar aquí
Fuente: Federación Porcina Argentina